Esperando lo mejor
Thomas, naturalmente, se acercó primero a los principales medios de comunicación. Sin embargo, sus respuestas apenas fueron sorprendentes, ya que la mayoría de ellos lo descartaron por completo. Unos pocos ni siquiera le permitieron terminar antes de terminar abruptamente la llamada, mientras que otros simplemente se burlaron de sus afirmaciones extravagantes.
A nadie le importó
Thomas fue profundamente herido por la falta de respeto, ya que su única intención era advertir a sus compatriotas de la inminente catástrofe. Sin embargo, este desprecio no logró desalentarlo. En cambio, alimentó su determinación de buscar ayuda de alguien que lo ayudaría a difundir su relato y refutar a los incrédulos.